lunes, 17 de enero de 2011

Nos vamos a La Riviera Maya

Bueno, pues ya lo tenemos todo preparado para irnos. Ya nada puede pararnos... La rubia y su chico nos vamos a la Riviera Maya. La putada de esto es que el avion de ida tarda once horas... bueno, diez horas y cuarenta minutos, para ser exactos. Nos han dado de comer la bazofia de siempre, he visto Avatar, me he tragado la de Nine de Pe Cruz (un bodrio de flipar) y me he echado cuarentamil partidas con la PSP pero aún así, ha sido un coñazo. Pero bueno, ya estamos en México y con maletas y todo.

Mola la facilidad que hay para respirar... Que poca humedad, que poco calor... En una semana adelgazas a no ser que vengas con la intención de comerte y beberte a Dios por los pies.

Nos ha recogido Animal: es el guia de Iberojet que hay por aquí. Parece majete. Nos ha contado la historia del viaje, que si esto, que si las excursiones, que si el dinero y que mañana temprano nos vemos otra vez. Ya llevamos una hora en el bus pero parece que ya llegamos: estamos cruzando Playa del Carmen y no parece un sitio muy bonito, pero luego mejora; sobre todo en la parte turística.

Y ya estamos en el hotel: mola mazo. Nos han recibido con un cocktail, nos han colocado la pulserita, nos han dado las llaves y las toallas pa la pisci y a la habitación, que hay gusa y el bufete está abierto. Pues nada, a pelarlo. Luego a sobar el jet-jag y hasta mañana.


Buceo en México

Bueno, pues al final he podido bucear en México después de todas las experiencias que me han pasado. Lo hice con unos chicos españoles que están en una playa solitaria y paradisíaca cerquita de Playa del Carmen llamada Xpu-Ha. Su web es http://www.bahiadivers.com/es/index_es.html


Pues ocurrió que el primer dia que iba a bucear tardaron dos horas en venir a buscarme al hotel con lo que entre teléfono, quejas, reclamaciones y demás no me puse en marcha hasta las once. Me vino a recoger Lorenzo que resulta era monitor en Madrid en Casco Antiguo, un tipo majísimo que estuvo a mi disposición durante toda la jornada. Me ofreció y recomendó ir ese dia a los cenotes porque había un poco de viento y se estaría mejor allí. Fue una pena no tener cámara de fotos acuática... Que maravilla. Hice dos inmersiones con él en dos cenotes distintos y fue acojonante, espectacular... Una experiencia superrecomendable si no fuera porque se me olvidó abrir la entrada de aire de la botella de oxígeno... Menos mal que Lorenzo estaba al loro que si no...

Vimos grutas, peces gato, estalactitas y estalagmitas, cuevas y cavernas... De todo, incluso había fauna piscícola muy variada: en resumen, muy bien.















Al dia siguiente vino a recogerme un encanto llamado Susana: me llevó otra vez allí y fuimos a bucear a mar abierto con un monitor que no era Lorenzo y con unos guiris. Fue una inmersión cojonuda donde pude ver tortugas, corales de todos los tipos, peces de todos los colores, invertebrados marinos muy diferentes a los de la península... Ya te digo, una pena no tener cámara de fotos.

Y para terminar, me devolvieron sano y salvo al hotel para que pudiera seguir poniéndome tibio de nachos, tequilas, piscina y margaritas.

Tulum y Xel-Ha

Ya llevábamos cuatros dias en México, torrándonos en la playa, buceando, comiendo y bebiendo como locos así que era momento para conocer La Riviera Maya. Nos habían recomendado varios sitios pero al final nos decidimos por Tulum y Xel-Ha y por Chichen Itzá, obviamente.

Tulum es una explanada enorme, verdecita, llena de construcciones de los Mayas y al ladito de la playa. Es la típica postal mexicana donde se ven una playa preciosa con un templo encima: de hecho es el único templo que está junto al mar en toda esta zona. Está plagado de templos y otras construcciones y es muy interesante de ver: aquí es donde observaban los equinoccios los antiguos habitantes y deducían la época de siembra, cosecha y demás. Debajo del templo principal hay una playita con unas olas guapísimas para echar unas risas y perder unas gafas de sol, aunque sean de los chinos.

Y si te gustan los bichos, la zona está llena de iguanas y pájaros exóticos...



Cuando acabamos de ver Tulum, otra vez al bus y camino de Xel-Ha: es un parque acuático pero natural a la vez; es decir, no se han construido trampolines ni rampas ni historias así. Se ha conservado tal y como es y solo se han construido los típicos restaurantes, las piscinas para los delfines y los servicios básicos.


Pero te lo pasas de puta madre... Primero bajamos por los manglares en unos flotadores enormes hasta llegar a una laguna tochísima. Ahí nos tiramos desde una plataforma de unos 4 metros más o menos y que te deja la adrenalina por las nubes. Luego una tirolina que se mueve como una loca (o unos mamones te la mueven, claro). Y luego bajas a comer al restaurante: como está todo incluido, te pones hasta las trancas incluso de cocktails... Y recién comidito, te pones otra vez el chaleco salvavidas, el tubo, las gafas y las aletas y te tiras a hace snorkel: parece increíble pero es que está lleno de peces. Incluso vimos un mero negro de un metro de longitud que hizo salir corriendo a toda la gente. Nos moríamos de risa. Sonia aguantó como una campeona con el snorkel y no tuvo ningún problema así que nos lo pasamos como enanos. Y los demás, tres cuartos de lo mismo: porque conocimos a tres parejas de recién casados muy simpáticos que eran de Bilbao, Algete y Valdepeñas.Y para terminar, vuelta al hotel, bañito en la piscinita con una pantera rosa para relajar la caminata...

jueves, 15 de julio de 2010

Chichen Itzá... Joé, que caló

Madre del amor hermoso que torraera... Que calor hemos pasado en las pirámides... Acojonante... La verdad es que es un sitio impactante y no extraña que sea una de las nuevas maravillas del mundo.
Desde nuestro hotel se tarda un poco más de dos horitas en llegar, incluso aunque lleves a nuestro conductor que es capaz de hacer Madrid-Valencia un uno de Agosto en menos de dos horas. Salimos tempranito de mañana y primero nos llevaron al típico sitio de turistas para comprar obsidiana, calendarios mayas y demás parafernalia: pintadito por las paredes, tipo choza... Muy lindo: aprovechamos para comprar un calendario maya a mi padre.
Con las compritas hechas, nos fuimos ya hacia la zona de Chichen Itzá: antes de llegar hay un pedazo de hotel en mitad de la selva que es donde nos dieron de comer a nosotros. Además, tenía piscinita y nos pudimos refrescar. Al entrar al complejo se empiezan a ver construcciones muy antigua que te va explicando el guía hasta que llegas a la sala de las mil columnas que es el anticipo a la explanada donde están las pirámides, el juego de pelota, el cenote...

Y esto es todo... Un viaje altamente recomendable con casi todo lo que se puede pedir en unas vacaciones: playita, copitas, todo incluido, excursiones... Saludos de Soni y Jose.