Pues ocurrió que el primer dia que iba a bucear tardaron dos horas en venir a buscarme al hotel con lo que entre teléfono, quejas, reclamaciones y demás no me puse en marcha hasta las once. Me vino a recoger Lorenzo que resulta era monitor en Madrid en Casco Antiguo, un tipo majísimo que estuvo a mi disposición durante toda la jornada. Me ofreció y recomendó ir ese dia a los cenotes porque había un poco de viento y se estaría mejor allí. Fue una pena no tener cámara de fotos acuática... Que maravilla. Hice dos inmersiones con él en dos cenotes distintos y fue acojonante, espectacular... Una experiencia superrecomendable si no fuera porque se me olvidó abrir la entrada de aire de la botella de oxígeno... Menos mal que Lorenzo estaba al loro que si no...
Vimos grutas, peces gato, estalactitas y estalagmitas, cuevas y cavernas... De todo, incluso había fauna piscícola muy variada: en resumen, muy bien.
Al dia siguiente vino a recogerme un encanto llamado Susana: me llevó otra vez allí y fuimos a bucear a mar abierto con un monitor que no era Lorenzo y con unos guiris. Fue una inmersión cojonuda donde pude ver tortugas, corales de todos los tipos, peces de todos los colores, invertebrados marinos muy diferentes a los de la península... Ya te digo, una pena no tener cámara de fotos.
Y para terminar, me devolvieron sano y salvo al hotel para que pudiera seguir poniéndome tibio de nachos, tequilas, piscina y margaritas.
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