lunes, 17 de enero de 2011

Tulum y Xel-Ha

Ya llevábamos cuatros dias en México, torrándonos en la playa, buceando, comiendo y bebiendo como locos así que era momento para conocer La Riviera Maya. Nos habían recomendado varios sitios pero al final nos decidimos por Tulum y Xel-Ha y por Chichen Itzá, obviamente.

Tulum es una explanada enorme, verdecita, llena de construcciones de los Mayas y al ladito de la playa. Es la típica postal mexicana donde se ven una playa preciosa con un templo encima: de hecho es el único templo que está junto al mar en toda esta zona. Está plagado de templos y otras construcciones y es muy interesante de ver: aquí es donde observaban los equinoccios los antiguos habitantes y deducían la época de siembra, cosecha y demás. Debajo del templo principal hay una playita con unas olas guapísimas para echar unas risas y perder unas gafas de sol, aunque sean de los chinos.

Y si te gustan los bichos, la zona está llena de iguanas y pájaros exóticos...



Cuando acabamos de ver Tulum, otra vez al bus y camino de Xel-Ha: es un parque acuático pero natural a la vez; es decir, no se han construido trampolines ni rampas ni historias así. Se ha conservado tal y como es y solo se han construido los típicos restaurantes, las piscinas para los delfines y los servicios básicos.


Pero te lo pasas de puta madre... Primero bajamos por los manglares en unos flotadores enormes hasta llegar a una laguna tochísima. Ahí nos tiramos desde una plataforma de unos 4 metros más o menos y que te deja la adrenalina por las nubes. Luego una tirolina que se mueve como una loca (o unos mamones te la mueven, claro). Y luego bajas a comer al restaurante: como está todo incluido, te pones hasta las trancas incluso de cocktails... Y recién comidito, te pones otra vez el chaleco salvavidas, el tubo, las gafas y las aletas y te tiras a hace snorkel: parece increíble pero es que está lleno de peces. Incluso vimos un mero negro de un metro de longitud que hizo salir corriendo a toda la gente. Nos moríamos de risa. Sonia aguantó como una campeona con el snorkel y no tuvo ningún problema así que nos lo pasamos como enanos. Y los demás, tres cuartos de lo mismo: porque conocimos a tres parejas de recién casados muy simpáticos que eran de Bilbao, Algete y Valdepeñas.Y para terminar, vuelta al hotel, bañito en la piscinita con una pantera rosa para relajar la caminata...

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